Ha fallecido Isauro Blanco: el origen y el alma pedagógica de Habilmind
Desde Habilmind queremos rendir homenaje al alma pedagógica de esta plataforma. Porque lo decimos sin reservas: Habilmind no existiría si no hubiera sido por él.
Un encuentro que transformó destinos
Joaquín Arias, CEO de Habilmind, conoció a Isauro Blanco hace 27 años. En ese entonces ya era evidente que no se trataba de un académico más, sino de una mente extraordinaria, con una capacidad única para comprender el aprendizaje humano y traducirlo en propuestas concretas, innovadoras y aplicables.
Fruto de esa relación personal y profesional, en 2009 se fundó Habilmind, con Isauro Blanco, Joaquín Arias y Pedro Paños como socios fundadores. La primera oficina de Habilmind no fue en un parque tecnológico ni en una incubadora de startups, sino en un lugar cargado de sentido: el Colegio Balder, donde Isauro era director pedagógico, un entorno vivo donde se aplicaban sus ideas a diario, con docentes reales y alumnos reales.
Un legado impreso en nuestra tecnología
Gran parte de las herramientas más sensibles y potentes de la plataforma Habilmind fueron diseñadas por Isauro Blanco. Desde las pruebas psicopedagógicas para detectar fortalezas cognitivas hasta las evaluaciones sobre estilos de aprendizaje, bienestar emocional o autoconcepto, su huella es profunda y transversal. No se trata solo de pruebas: son instrumentos nacidos de una inteligencia pedagógica inusual, forjados en décadas de experiencia en el aula y afinados con una precisión científica admirable.
Isauro Blanco era, sin exagerar, un genio a la hora de medir y comprender al estudiante. Tenía una rara habilidad para detectar con pocas variables qué necesitaba un alumno para aprender mejor, para desarrollarse en plenitud. Su concepción educativa estaba atravesada por una visión filosófica del ser humano, pero también por una obsesión práctica: ayudar al docente, empoderarlo con datos, sin deshumanizar la escuela.
Siempre lúcido, siempre creando
Lo más duro de esta despedida es que Isauro Blanco seguía absolutamente activo y lúcido. En los últimos años seguía publicando libros, escribiendo artículos, participando en entrevistas y grabando ponencias que, como siempre, lograban atrapar a quien lo escuchaba desde la primera frase.
Quienes tuvimos el privilegio de escucharlo en directo sabemos que no hablaba: hipnotizaba. Combinaba el rigor académico con una ternura escénica natural. Sus ideas eran profundas, pero accesibles. Su discurso estaba tejido de ciencia y humanidad, de datos y de alma.
Una pérdida profunda
Hoy desde Habilmind sentimos no solo la pérdida de un socio fundador, sino la ausencia de un referente, de un faro ético y pedagógico que nos ha guiado durante más de una década.
Pero también sabemos que su legado sigue vivo. En cada prueba que realizamos, en cada orientación que ofrecemos a una familia o a un docente, en cada decisión pedagógica fundamentada en datos, Isauro Blanco está presente.
Gracias, Isauro, por enseñarnos que educar no es solo transmitir conocimientos, sino ayudar a cada persona a encontrar sentido, dirección y dignidad. Gracias por ser, literalmente, el inicio de todo esto.
Descansa en paz, maestro. Tu obra continúa.